1 de mayo de 2012

¡Que triste cuando se acaba!

Última noche en Barcelona y queríamos finalizar este viaje con una cena auténticamente cataluña. Me había llamado mucho la atención el Barrio Gracia por su chispa internacional y de bohemia. Hicimos una breve parada en nuestro alojamiento para buscar recomendaciones de restaurantes en esta área. Nuestra búsqueda fue infructuosa así que decidimos aventuarnos a caminar por las calles y con suerte toparnos con un restaurante que al echarle un vistazo nos llamara la atención. En comparación con la primera vez que pasamos por este barrio se notaba el gentío caminando por las calles o simplemente sentados en las plazas platicando, los niños jugando con sus carritos o pelotas de fútbol. Caminamos por Calle Verdi, una de las calles principales que cruzan este barrio pero nada nos llamó la atención. Con el hambre que tenía y la desesperación de encontrar un buen restaurante hice una parada en un establecimiento de productos cataluños a ver si nos podían ayudar. La chica que nos había atendido en otra ocasión nos dió tres recomendaciones y también nos explicó cómo llegar a cada uno de los restaurantes. Luego de caminar, llegar hasta el primero y ver el menú continuamos hasta nuestra segunda opción. Después de contemplar el menú y el lugar decidimos comer en la Taverna el Glop.
Ordenamos: "arros amb bolets i gasta de parmesa" (arroz con champiñones y queso parmersano) y calçots, receta catalana que comprende de cebolletas que se asan directamente sobre llamas de sarmientos. Las cebolletas se comen con las manos y se mojan en un salsa naranja llamada salvitxada.
¡La comida estuvo deliciosa! Salimos con tremenda hartera de vuelta al alojamiento para empacar y prepararnos para dejar esta encantadora ciudad.

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