16 de marzo de 2012
Gastronomía mallorquina al aire libre
El día en Manacor había amanecido perfecto, leve brisa y super soleado, indicaciones de que la primavera está por llegar. Luego de desayunar con mi familia boricua, Briguette y yo nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo antes de que Tomás pasara a buscarnos.
Al llegar a casa de Tomás nos recibió su perra Ona, super emocionada. Decidimos poner la mesa en el patio en el área donde más fuerte daba el sol. Arreglamos el mantel, los cubiertos y trajimos el vino, las copas y los deliciosos entremeses de bacalao y anchoas.
El chef subió sus ingredientes y utensilios a la cocina principal para comenzar a confeccionar el famoso "arròs brut" o en castellano arroz sucio. Es un arroz caldoso y especiado, cocinado originalmente con productos de la huerta, carne y caza, además de embutidos de la zona, como la sobrasada o el butifarrón. El origen de su nombre viene por el caldo turbio y oscuro que crean las especias y la picada de hígado de pollo o conejo que se añade al final de la cocción.
Cada persona hace la receta un poco diferente. Entre los ingredientes primordiales que nuestro chef Tomás tenía, había cebolla, pimientos rojos, judías verdes, hígado, carne de conejo y pollo. La carne se cocina primero con aceite de oliva hasta que este cocida y luego se echan el resto de los ingredientes con el agua para que espese.
Mientras Tomás cocinaba los invitados disfrutábamos bajo el sol de vino, aperitivos y buenas conversaciones. El producto final lo trajo a la mesa en la misma olla de barro donde fue confeccionado. ¡Delicioso el sabor singular de las especias y la carne! Nos comimos dos platos cada uno y para culminar nuestro banquete compartimos diferentes postres típicos.
¡Que tarde tan hermosa! Luego de la hartera caminamos a sólo pasos de la urbanización hasta el campo, donde vimos las ovejas, cabros y caballos. Al regresar a la casa todos quedamos rendidos ante un sueño profundo. Cuando nos despertamos nos reimos y nos preguntábamos que le había echado Tomás al "arròs brut" que nos dejó en tal estado de tranquilidad.
Hacia mucho que no pasaba un día tan relajado y de tan buena compañía. Gracias a mi familia boricua con la que me rio hasta más no poder y a nuestro excelente chef mallorquín por deleitar nuestro paladar con tan excelente mezcla de sabores.
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