12 de marzo de 2012

Mi paladar se deleitó en Portugal

Luego de haber visto tantas fotos de platos de comida portuguesa estaba lista para probar algunas de las recetas. Durante mi corta estadía en Portugal se convirtió en rutina mientras haciamos nuestro recorrido por las calles de Lisboa y áreas adyacentes, hacer una parada en algún café para disfrutar de los maravillosos postres. Siempre los acompañábamos de un "Galão", café típico portugués, hecho con un cuarto de espresso y el resto leche espumada.
Mi primera experiencia azucarada fue con un pastel de Belém, una de las especialidades más características de la cocina portuguesa. Son tortitas de crema, con pasta de hojaldre y con base fundamental de yema de huevo, leche y azúcar. Se comen con canela y azúcar en polvo. Los tortitas se confeccionan en la pastelería "Pastéis de Belém", cerca del Monasterio de los Jerónimos desde 1837 con una receta secreta.
En cada "coffee break" probaba diferentes pasteles o tortas típicas. En Sintra el "Galão" fue acompañado con "queijadas", minitartas hechas con queso fresco, huevos, azúcar y harina. También se le agrega canela y azúcar en polvo a gusto. Los "travesseiros" no faltaron. Estos son unos pasteles dulces con forma de almohada rellenas de cabello de angel o crema de almendra.
Mi paladar se deleitó más aún a la hora de cenar. Mi primera verdadera experiencia gastronómica fue "1 de Maio", restaurante en Barrio Alto. El lugar es pequeño con las mesas super pegadas unas de las otras y mucho bullicio pero es recomendado por tener excelente comida portuguesa a buenos precios.
Lo primero que nos trajeron a la mesa fue un aperitivo que usualmente es pan y queso. Esto se paga aparte y la mayor parte de las personas no lo sabe. El pan estaba ríquisimo y el queso "Mestiço de Tolosa", mejor aún.
Nuestro mesero nos recomendó el pescado fresco. En Portugal hay una tradición fuerte del consumo de pescado fresco y cocinado de la manera más simple, a la brasa y condimentado con aceite de oliva. La mayoría de los restaurantes en sus vitrinas exhiben el pescado fresco.
Yo elegí el mero a la plancha con verduras y patatas. ¡Que derroche de sabores! El pescado por la mitad con las espinas pero tan carnoso y blando que se deshacía en la boca.
La comida portuguesa se puede encuadrar en la cocina mediterránea. Se utiliza mucho especias como piri piri, pimentón, canela, cilantro, perejil y azafrán. La próxima ocasión que tuve para probar algo diferente opté por "Bacalhau à Brás". Los ingredientes de este plato son el bacalao en salazón, muy típico de la cocina portuguesa con huevo revuelto y patatas finamente cortadas. Se sirve con perejil y aceitunas negras. ¡Que delicia!
Por cierto todo acompañado con un buen vino. ¡Hay que vivir la vida y aprender del mundo al máximo!

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