28 de septiembre de 2011
Sin parar
Segundo día me levanté muy temprano para llegar a la escuela con la maestra que debía prepararse para sus labores. Todo el mundo muy atento. Mi plan para ese día buscar donde quedarme a dormir y encontrarme con otra chica auxiliar que llegaba a Palma y quería que la acompañara a ver un apartamento que pensaba rentar.
Conseguí un hostel por eso de tener la seguridad de tener donde dormir y también un celular de la época prehistórica. El relajo del día la palabra "laptop", acá en España se le dice ordenador, muy extraña la palabra. A eso de las 1:30pm tomé por primera vez el tren en dirección hacia la capital. Como el idioma no es obstáculo platiqué todo el camino a Palma con una señora que ha vivido toda su vida en esta bella isla. Me comentó de todos los sitios a visitar, de las fiestas típicas y que tenía una amiga que estaba rentando piso en Palma.
Me sentí muy bien de haber podido comenzar hacer conecciones. Como si hubiera vivido por mucho tiempo en esta ciudad, me senté en la plaza principal bajo un árbol a comer frutas hasta que llegara la chica auxiliar. A las 3:00 en punto llegó con todas sus maletas. Dimos vueltas y vueltas hasta que llegamos al piso que estaba para rentar. A la chica le gustó y pues se quedó a vivir. Yo tuve que regresar a Inca en tren nuevamente y que casualidad que bajo las escaleras y que el tren está arrancando. Tuve que mantener la paciencia y sentarme a esperar por casi 40 minutos más a que llegara al próximo.
Al llegar a Inca tuve que caminar de la estación al hostel. Que maravilloso poder conseguir un baño con agua tibia y aire acondicionado después de un día tan largo de caminatas. Me pude relajar escuchar música, ver tele y traté de dormir pero el cambio de hora aún no me permite descansar bien.
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