3 de diciembre de 2011

¡Ilegal!

Mi estadía en Venecia fue excepcional pero a la hora de regresar a casa hubo algunas complicaciones. La estación del tren estaba super llena, todas las personas desesperadamente observaban el monitor con los destinos y horarios de cada tren.
Nos pareció un poco raro que todas las tribunas estuvieran llenas. Nuestro tren con destino a Ferrara según el monitor estaba a tiempo pero al pasar los minutos nos dimos cuenta que nunca iba a salir. Recordamos el anuncio a principio de día acerca de las huelgas de los empleados ferroviarios.
Cuando esto sucede se paralizan la mayoría de los trenes dejando a las personas varadas en las estaciones de tren hasta nuevo aviso. Si hubiera sido yo hasta busco hotel para quedarme en Venecia en esa situación. Anteriormente mi amiga Diana había pasado por esto y la solución era fácil: montarnos en un tren que no es el de nosotras que valla hacer parada en Ferrara.
Encontramos un tren en dirección hacia Roma (Flecha Roja) que salía en menos de media hora. Nos montamos tratando de escondernos en el pasillo de dos vagones. Diana nos comentó que de agarrarnos montados en el tren incorrecto nos multarían.
Para nuestra suerte habíamos quedado en el último vagón del tren. La mejor parte del viaje fue encontrar a un chico que trabaja sirviendo la comida a primera clase y nos mantuvimos tirándole el ojo. Eso sí por pura casualidad o por obra de Dios el tren se detuvo en nuestra parada justo cuando el revisor de boletos empezaba a revisar el penúltimo vagón. Ilegal lo que hicimos pero tremenda descarga de adrenalina. Tremenda manera de culminar este día.

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