13 de febrero de 2012

¡Que la fiesta no pare!

Comenzaba la semana con mucha energía, emocionada por cumplir otro año más de vida. El 24 de enero llegó y las felicitaciones por "Facebook" no se hicieron esperar desde temprano en la mañana. La sorpresa más bella fue recibir un mensaje de texto exactamente a la hora que nací de parte de mi maravillosa madre. Iba de camino al trabajo, el tren partía y el mensaje decía: "Buenos días hija: me levanté ahora para poder decirte felicidades en tu cumpleaños. Que Dios siempre este a tu lado y que cada año que cumplas recibas mucha salud, que es lo más que le pido. Te quiero mucho y más o menos a esta hora fue que te recibí de regalo en mi vida. ¡Felicidades y pasa un día hermoso!" En la primera parada que hizo el tren mi amiga Mary traía una torta de azúcar en la mano. Ante la mirada de los otros pasajeros me cantó cumpleaños y entre las dos nos comimos la mitad del bizcocho. Los niños en el cole me cantaron cumpleaños y al llegar a la casa en el buzón me esperaban tarjetas de cumpleaños de parte de mi hermano y hermana. El día transcurrió bien tranquilo. Como tenía que trabajar al próximo día dejé las celebraciones para el viernes. Adrienne hizo reservaciones para el restaurante Celler SA Premsa que se especializa en comida mallorquina. Al llegar ya me estaba esperando la mayoría del grupo. Scott, Emily, Evan, Adrienne, Mary, Laura, Kinga y Sarah. La comida deliciosa, yo opté por una paella ciega. Entre vino, comida y aperitivos estuvimos platicando, riéndonos y disfrutando del comienzo de la noche.
Esta fue la primera vez que probaba caracoles, un plato bastante conocido aquí en Mallorca. La realidad no es un plato que creo vuelva a probar. No tiene gran sabor y la consistencia gomosa no ayudan.
Luego de la cena decidimos ir al Bar C'Angel, conocido por su famosa pomada.
La pomada es un bebida alcohólica que se obtiene mezclando Gin Xoriguer (gin producido en Mahón, Menorca) con limonada.
El resto de la noche la pasamos tomando pomada y con un tremendo vacilón de doble sentido. Nos tuvimos que ir al cerrar el negocio y buscando otros lugares para continuar con la pachanga, nuestra búsqueda fue infructuosa. La pasé fenomenal y es todo lo que importa especialmente estando tan lejos de mis amistades y familia.

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