30 de abril de 2012

La Champañería

Sería una imprudencia de mi parte no mencionarle uno de mis lugares favoritos en Barcelona. Nada más de pensar en "La Champañería Can Paixano" me causa emoción revivir el corto tiempo que pasé allí.
Si viajas a Barcelona es una visita obligada pasar por este bar que proyecta una visión distinta de esta gran ciudad. La Champañería esta ubicada en el Carrer de la Reina Cristina muy cerca de la Barceloneta. Este bar que abrió sus puertas en 1969 es muy concurrido. Hay que prepararse mentalmente para la experiencia. Si eres de las personas que se incomoda fácilmente estando apretujado entre desconocidos este no es el lugar para tí.
Al entrar a este local ubicado dentro de un almacén podrás notar la barra y cocina al lado derecho, con el techo decorado con jamones que cuelgan, listos para secarse. Al fondo hay una especie de tienda donde se pueden comprar diferentes tipos de cava (vino espumoso), carnes y pescados durante el día.
El lugar no tiene sillas y al estar tanta gente aglomerada en el mismo sitio (me fascinó esto) sencillamente comenzarás hablar con extraños de diferentes partes del mundo. Para ordenar tienes que ir haciendo camino y más vale que tu orden sea lo suficiente para no tener que regresar en un buen tiempo. Los precios super módicos, una copa de cava te sale en menos de un euro.
Para poder pedir un poco de cava por obligación debes consumir comida. Es más existe la regla que dice que debes consumir comida por cada tercera copa de cava. Esto con el propósito de evitar que la gente se emborrache y comience a buscar problemas al estar tan apiñados.
Al llegar a la barra pedí mi cava rosada y un bocadillo de jamón serrano y queso camembert. ¡Que rico con ese pan calientito y el queso derretido! Mientras esperaba un francés ordenaba con dificultad varias cavas. Al estar bastante retirado por cortesía le pasé las copas. Me topé con unos chicos italianos y derramé parte de mi copa pero esto es totalmente normal, la mayoría de las veces se salpica la cava sin querer sobre las personas. Terminé ubicándome en una esquina con mi amiga para contemplar el ambiente, platicar y disfrutar de mi bocadillo y las cavas. Advertencia: este vinito espumoso se sube rápido.
Después de mi cuarta copa y haber comido un bocadillo y una salchicha estaba sintiendo los efectos del alcohol. La pasé fenomenal y es uno de los lugares que una persona nunca se cansaría de visitar. Cada noche hay la gran posibilidad de conocer gente nueva. Un detalle muy importante: el bar cierra a las 10:00 de la noche diariamente. Aquí el enlace de su página web: http://www.canpaixano.com/index.php

Una experiencia sublime

Muchas fueron las recomendaciones de parte de amistades acerca de diferentes destinos fuera de Barcelona para ir a visitar durante nuestra estadía. Al coincidir más de una vez con la misma recomendación decidimos darnos el viajecito hasta el Monasterio de Montserrat. Este claustro esta ubicado en el macizo de Montserrat, la montaña más importante y significativa de Cataluña, España. Habíamos comprado un pase en la oficina de información y turismo en el centro de Barcelona que incluía pase de metro, viaje en tren ida y vuelta, subida al monasterio en cremallera y acceso a este maravilloso lugar.
El viaje de poco más de una hora en tren nos llevo entre montañas y campos, unas vistas muy relajantes luego de llevar ya tres días entre edificios, mucha gente y ruido por todos lados. De camino estaba nublado y hacia las montañas se notaba bastante neblina.
Al subirnos en la cremallera comenzamos ascender por la inmensa sierra de piedras gigantescas.
¡Increíble la ubicación de este hermoso lugar! Entramos a la basílica con un altar muy detallado y colorido y justo encima del altar se sitúa la imagen de la Virgen de Montserrat.
Nos sentamos un rato apreciar la inmensidad del templo para luego hacer una larga fila para poder ver y tocar la imagen de la Virgen. ¡Que experiencia tan magnífica!
Mientras la fila avanzaba pasabamos de sala en sala por las diferentes capillas. En total cinco capillas con nombres e imágenes de diferentes santos.
El recorrido continuaba a través de la Puerta Angélica y la Escalera de los Santos.
Fue extraordinario finalmente llegar a ver la imagen de la Virgen y encenderle una vela en el Camino de la Ave María saliendo de la Basílica.
Fuera de la Basílica finalmente las condiciones del tiempo habían mejorado y por primera vez avistamos las gigantescas montañas rocosas que rodean este maravilloso lugar. Aprovechamos lo despejado que estaba el cielo para subir en el funicular de Sant Joan.
¡Tremenda vista panorámica de la montaña y del monasterio a 1,000 metros de altitud sobre el nivel del mar! Una vez en la cima se pueden hacer varias excursiones por los paseos señalados, con diferentes niveles de dificultad y duración.
Bajando nuevamente hacia el monasterio nos tocó cerca de un señor y su esposa con un acentito que lo reconosco hasta en la luna. Para aclarar dudas les pregunté: "Disculpen el atrevimiento, ¿ustedes de dónde son?" A lo que me contestaron: "¡De Puerto Rico! Como dice el Boricuazo, en ese momento se me hinchó el corazón de saber que hay muchos puertorriqueños por el mundo. La pareja se encontraba de viaje junto a una hija. Habían alquilado un coche y manejado desde Madrid para ver por tercera vez el monasterio. Estuvimos un buen rato platicando acerca de sus viajes y las oportunidades de la vida de conocer el mundo y quedó plasmada en mí esta cita: "Cuando uno empieza a viajar, a ver mundo, se convierte en una adicción". La señora tiene toda la razón, el mundo es maravilloso, hay tanto que ver y disfrutar. No creo que una vida sea suficiente para percibir todo lo que Dios ha creado. Finalmente regresando a Barcelona luego de un largo día aún nos quedaban energías para visitar dos lugares muy reconocidos: La Boquería y La Champañería.
Buscando La Boquería nos perdimos. Luego de dar vueltas y vueltas lo localizamos y nos dimos cuenta que habíamos pasado frente a este mercado municipal varias veces. En este mercado se pueden comprar todo tipo de productos frescos y es también una gran atracción turística por el colorido y calidad de sus productos.
Yo iba en busca de los zumos naturales que tanto me habían mencionado. Al escuchar a los vendedores gritando: "Llévate tu zumo fresco dos por dos euros" dije: "He encontrado el paraíso".
Con mi zumo de mango, coco nos dirigimos hacia La Champañería.

¡A salir de la ciudad!

Comenzaba la semana y aún continuaba el puente feriado de pascua. Como nos quedaban pocas cosas por ver en Barcelona desde muy temprano nos fuimos caminando hasta la Casa Milà, pero que popularmente se conoce como "La Pedrera". Este edificio diseñado por el gran arquitecto Antoni Gaudí, fue construido entre los años 1906 y 1912 y se inspira en las formas orgánicas de la naturaleza.
Continuamos hacia otra de las edificaciones de Gaudí, la Casa Batlló, que fue una remodleación a un edificio previamente construido en esa ubicación. Casa Batlló fue construida entre 1904 y 1906 con el mismo concepto naturalista que La Pedrera.
Como el tiempo es oro seguimos hasta el área de Montjuic para terminar de ver las atracciones que no pudimos ver el día anterior. Por habernos bajado en la parada de bus incorrecta tuvimos que caminar varios kilómetros y lo peor es que ibamos caminando a pleno mediodía lo que quiere decir que el sol estaba picando. Aunque con retraso llegamos hasta los Jardínes Botánicos y el Castillo de Montjuic. ¡Pudimos haber tomado el teleférico pero lo pensamos muy tarde!
Desde los jardínes y el Castillo se veía una vista total de Barcelona, marcando con claridad los puntos más importantes.
Culminando la ruta por la ciudad nos encaminamos por primera vez a salir de Barcelona en tren hacia un pequeño pueblo costero llamado Sitges.
Varias personas nos recomendaron que visitaramos este municipio por la proximidad a Barcelona y por su belleza natural.
A pesar de ser pequeño encierra sus encantos con una costa llena de restaurantes y tiendas y la Iglesia de San Bartolomeo y Santa Tecla justo frente al mar. La tarde la pasamos caminando, disfrutando de la brisa y el sol, comiendo helado y sentándonos a contemplar cómo las olas acariciaban la arena. Sitges es conocido por tener la mayor población de homosexuales, por ser el municipio más caro en España y por ser la sede del Festival Internacional de Cinema de Cataluña.
De vuelta en tren con la caída del sol se percibian unas vistas hermosas de acantilados rocosos y el oleaje tropezando agresivamente. Una vez en Barcelona fuimos a la oficina de turismo a comprar los boletos para nuestra aventura del próximo día. Con lo agotadas que estabamos y teniendo en cuenta que era día feriado y que nos deberíamos levantar temprano nos regresamos al piso para ducharnos, relajarnos y empacar para el día siguiente.

15 de abril de 2012

Misa de resurrección y recorrido por la ciudad

La alarma sonó a las 8:30 de la mañana y yo sin haber podido pegar un ojo y descansar en toda la noche. Los vecinos estuvieron de fiesta hasta las 5:00 de la mañana. Parecía que en vez de estar en su piso estaban de fiesta en nuestra habitación. Sin tiempo que perder nos preparamos y tomamos el metro hasta llegar al centro de la ciudad. A esas tempranas horas ya se percibían cientas de personas caminando por Las Ramblas, punto principal por donde los turistas se desplazan y donde la mayoría de las tiendas están localizadas.
Ibamos en búsqueda de la iglesia Santa María del Mar para asistir a la misa de Pascua de Resurrección. Primero nos topamos con el Mirador de Colón y aprovechamos para tomarnos fotos.
La iglesia resaltaba entremedio de los edificios de apartamentos y oficinas en calles estrechas. Llegamos con plena anticipación para seleccionar buenos asientos, observar atentamente los detalles de la edificación y escuchar al coro practicando.
La misa fue hermosa oficiada por un sacerdote que se aseguró de incluir a todos los presentes llevando acabo la ceremonia simultáneamente en cuatro idiomas. Feliz de haberle dedicado un poco de mi tiempo a Dios caminamos hasta el Parque de la Ciutadella. Un pedazo de naturaleza en una ciudad tan grande por mucho tiempo este fue el único parque en la ciudad. Pudimos percibir la bella cascada, remar en bote por el lago junto a los patos, gansos y gaviotas y ver El Castillo de los Tres Dragones, actual Museo de Zoología.
El parque estaba lleno de familias que disfrutaban del buen tiempo para sentarse a tener un picnic o simplemente jugar un rato. Nosotras aprovechamos para almorzar al aire libre y contemplar la belleza natural y a todo el que cruzaba por el parque.
Continuando con nuestra ruta del día nos acercamos hasta el Arco del Triunfo, posiblemente el arco más famoso del mundo, mandado a contruir por Napoleón Bonaparte entre 1806 y 1836.
Mientras intentaba tomarme una foto frente a esta gran estructura tuve mi encuentro más cercano con dos carteristas. Las advertencias de parte de varias personas fueron mi mejor herramienta para estar alerta y darme cuenta que ojeaban mi cartera a mis espaldas. Su estrategia fue simple, trataron de tomarse la foto conmigo, echados de brazo para llevarse mi cartera mientras estaba distraída. No funcionó porque simplemente me moví y nos les permití que se tomaran la foto conmigo. Proseguimos hasta La Catedral de Santa Eulalia, catedral gótica diseñada por Gaudí. Luego pasamos por diferentes plazas, apreciando las diferentes esculturas y deteniéndonos en diferentes tiendas.
Aprovechando que estabamos en el área de uno de los restaurantes que nos habían recomendado, nos detuvimos en La Fonda Restaurante. El lugar muy elegante pero con precios muy competitivos y un ambiente joven. La carta combina platillos catalanes e internacionales.
Opté por el menú del día que incluía fideos en salsa negra con calamares y alioli, el segundo plato bacalao con sanfaina y de postre una crema catalana. ¡Un deleite de la gastronomía de Catalunya!
Con la barriga y el corazón contento luego de una exquisita cena tomamos un bus en dirección hacia Plaza España. Nuestra misión era poder disfrutar del espectáculo de luces de la Fuente Mágica de Montjuic que únicamente sucede entre 7:00 y 9:00 de la noche los fines de semana. Lo primero que hicimos fue subir en el ascensor del Centro Comercial Las Arenas para divisar la impresionante vista de Plaza España. Desde aquel punto elevado se podía percibir claramente la fuente de la Plaza España, las Torres Venecianas, la fuente mágica que había mencionado anteriormente y el Museo de Arte Nacional de Cataluña.
Con la caída del sol presenciamos junto a cientas de personas el espectáculo de luces en la fuente, acompañado de música gitana. Nos acercamos un poco más al museo para contemplar la inmesidad de su estructura y de una vez tener una buena vista de la fuente.
Con los pies adoloridos y con un cansancio gigantesco nos dirigimos de vuelta al hospedaje para descansar.