28 de mayo de 2012

Playita y montada a caballo

A veces te das cuenta que el tiempo se te va de las manos cuando más lo necesitas. En mis últimas semanas en Mallorca he estado tratando de compartir lo más posible con las buenas amistades que he encontrado y al mismo tiempo visitando los lugares más destacados de esta hermosa isla. Nuevamente mi familión boricua me hizo la invitación de visitar junto a ellos un pueblo en la parte noreste con playa y en especial un paseo a caballo con una vista impresionante. Al llegar a Sa Coma en bus notablemente se percibía como un área turística. Esta zona está localizada al este de Mallorca en el municipio de Sant Llorenç des Cardassar.
Nuestra primera parada fue al establo de los caballos para averiguar el horario de las montadas por la playa. Automáticamente el dueño nos dijo que regresaramos a las 4:00 de la tarde. Como le tengo fobia a los caballos ya iba con la mentalidad de quedarme en la playa mientras mis amigos montaban por un camino a la par con la playa.
Mientras esperabamos a que fuera hora de la montada nos fuimos a explorar la parte de Sa Coma cerca del mar que no está pobabla sino que se mantiene su fauna y flora natural. Caminamos por senderos hasta toparnos con una formación rocosa totalmente fascinante. Con esta vista impresionante nos sentamos almorzan para luego caminar entre medio de las rocas y el agua.
Más tarde regresamos a la playa principal yo con tremendo comezón en las piernas y glúteos luego de haber ido al baño entre medio de varios arbustos y al parecer haber tenido contacto con hierbas venenosas. Salté en el agua a sabiendas de que estaría fría pero no había otra manera de aliviar el picor. Nos recostamos a descansar un rato bajo el sol pero el viento nos traicionó levantando arena para que se posara por todo nuestro cuerpo. Después de haber analizado por horas si montaba a caballo finalmente dije que sí esperando que no me tocara un caballo mal portado. La experiencia fue un poco aterradora. Me tocó un caballo de nombre Gabriel.
Muy sútil pero el dueño y líder del recorrido no sabía tratar a las personas. En varias ocasiones le gritó de muy mala manera a mis amigos y tuvimos una experiencia aún peor luego de llegar a la cima de uno de los miradores y los caballos se alteraron al ver un gato. Una imagen que no quiero recordar los caballos corriendo entre medio de todos nosotros. Por un momento pensé que me pisaría uno de ellos.
Pero valió la pena ver todas esas vistas hermosas junto al mar incluyendo un pequeño castillo: "Castell de la Punta de N'amer".
Al regresar del recorrido comenzó a llover y nos apresuramos hasta un restaurante cercano para platicar un rato y esperar por el autobus de regreso a Manacor.

22 de mayo de 2012

De pueblo en pueblo por Mallorca

Siento que el tiempo se me esta yendo de las manos y hay tanto que ver en Mallorca. Me aventuré un fin de semana completo a tomar diferentes destinos que aún no había visitado. Destino número uno: Deià. Este pequeño pueblo está ubicado declive noroccidental de la Sierra de Tramuntana entre los municipios de Valldemossa, Sóller y Bunyola. Anteriormente había visitado este pueblo en una excursión a Sa Foradada pero no había pasado por el centro de esta villa.
Un pueblo pequeñito en medio de las montañas con un cementerio muy particular y una vista espectacular hacia el mar.
Para aventurarnos un poco más conseguimos un camino muy bien marcado que nos llevó hasta la playa.
¡Cala Deià me dejó maravillada! Un hermoso contraste entre el campo, cruzar por un camino lleno de flores y árboles, con un riachuelo que en su estuario nos llevó hasta la playita.
Esta playita en cada lado tiene dos restaurantes con unas vistas hermosas. Subimos hasta una piedra inmensa para asolearnos un rato y retirarnos de los presentes que se encontraban comiendo o sentados frente al agua.
Nuestro segundo destino fue el Puerto de Sóller. Muchos de los pueblos aquí tienen su propio puerto, separado del centro del pueblo. A Sollér ya había visitado para hacer caminatas en las montañas y tomar el tren de madera en un paseo muy bonito. El puerto pensé sería más grande pero desde que llegamos temprano en la mañana aún con muy poca gente pude percibir una hermosa vista. El agua cristalina rodeada de montañas con una sola salida hacia el mar.
Los restaurantes y hoteles todos a la orilla. Frente a la playa también pasa un tranvía que hace el recorrido completo alrededor del puerto.
Un faro en uno de los extremos más alto. Hacia ese faro caminamos para ver el puerto completo desde otro punto.
Exploramos un poco alrededor del área rocosa para luego bajar nuevamente hasta la playa y sentarnos a tomarnos un café mientras contemplabamos a todos los presentes que al igual que nosotros disfrutaban de un día soleado con temperaturas excelentes.
Otro fin de semana exitoso de pura relajación, conociendo lugares hermosos y compartiendo con buenas amistades.

Feria de la sepia en Alcudía

Los festivales o ferias como comúnmente se les conoce aquí en Mallorca abundan durante todo el año. Cada pueblo tiene su feria dedicada algún producto cosechado o confeccionado en su área y también sus santos patrones. En la parte noroeste de la isla, específicamente en el Puerto de Alcuda se celebra la Feria de la Sepia. Sepia es un molusco parecido al calamar pero más pequeño y que al cocinarse se torna totalmente blanco.
El día de la feria tomé el tren como usualmente llego hasta Manacor, para reunirme con mis amistades y de ahí manejar hasta el Puerto de Alcudía. Nuestro chofer mallorquín nos indicó que primordialmente las personas caminaban alrededor del puerto y luego seleccionaban uno de los tantos restaurantes y pedían el plato de sepai creado para la ocasión.
Caminamos viendo la exhibición de barcos de madera, escuchando un poco de música mallorquina y sobre todo disfrutando de las excelentes condiciones del tiempo.
Después de un rato nuestro chofer y guía seleccionó un restaurante por nosotros, recomendado por él y muchas otras personas del área.
Pedimos pa amb oli, una bandeja de mejillones y dos bandejas adicionales de boquerones, sepia, pulpo, gambas, en fin una gran variedad de mariscos.
Luego de buenas conversaciones y la tremenda hartera que nos dimos caminamos hasta donde originalmente debimos haber ido. Una carpa con múltiples quioscos todos dedicados a la confección de pintxos y tapas de sepia. También pudimos apreciar la venta de productos mallorquinos como en toda feria de esta isla.
Terminamos nuestro recorrido en el área del mar tomando el sol y disfrutando del agua que aunque fría nos sirvió para refrescarnos un poco.

1 de mayo de 2012

De Barcelona a Palma ¡que viaje!

La mañana de regreso a Palma nos levantamos con inmensa calma, nos alistamos y disfrutamos de nuestro último desayuno en el piso de Maggie. El plan era sencillo, visitar el Hospital de la Sta. Creu i Sant Pau, pasear por el áreas de tiendas, regresar a buscar el equipaje y encaminarnos hacia el aeropuerto en bus.
Al ver el hospital a simple vista no parece un centro médico. Los detalles y la edificación gótica del siglo XV son una obra de arte. Este dispensario con múltiples edificios se comenzó a construir el 1401 con el propósito de reunir en un único espacio los diferentes hospitales que existían en la ciudad de Barcelona.
En 1997 fue nombrado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Recorrimos un poco el perímetro para darnos cuenta que la mayoría de los edificios están en proceso de remodelación. Nos hubiese gustado dar un "tour" por las facilidades pero no tuvimos tiempo.
Llegamos con anticipación al aeropuerto para darnos cuenta que nuestro vuelo ya estaba retrasado 30 minutos. Mi amiga estaba un poco preocupada porque llegando a Palma salía en dos horas en otro vuelo hacia Escocia. Finalmente pusieron el número de puerta de embarque para sólo encontrarnos con una fila extensa y una espera aún más grande. Al tomar nuestros asientos en el avión las azafatas se veían intranquilas. Varias veces intentaron probar el interfono pero no se escuchaba nada. Después de hora una hora de espera sin aire acondicionado la gente comenzó a preocuparse y hubo hasta quienes por poco se desmayan por padecer de claustrofobia. Llegué al punto de desesperarme porque ninguno de los miembros de la tripulación explicaba lo que estaba sucediendo específicamente. Finalmente explicaron que como el interfono no funcionaba hasta que no se arreglara no podíamos salir de Barcelona. ¡Que desesperación! Por primera vez sentí que mi vida estaba siendo dominada por un extraño. No fue una sensación muy agradable que digamos. Luego de casi dos horas de espera finalmente el avión despego sólo para encontrarnos con una turbulencia horrorosa. Lo único que pasó por mi mente fue que nos habían mentido acerca de la condición del avión y que posiblemente caeríamos en el Mar Mediterráneo. Un vuelo que usualmente dura sólo 35 minutos para mí duró una eternidad. Tan pronto aterrizamos en Palma di mil gracias por haber llegado sana y salva. De ahí de vuelta a la rutina. Debo decir que mejor planificado no pudo haber estado. Mientras más viajo y me preparo de antemano me doy cuenta que termino disfrutando al máximo cada minuto de mis estadías.

¡Que triste cuando se acaba!

Última noche en Barcelona y queríamos finalizar este viaje con una cena auténticamente cataluña. Me había llamado mucho la atención el Barrio Gracia por su chispa internacional y de bohemia. Hicimos una breve parada en nuestro alojamiento para buscar recomendaciones de restaurantes en esta área. Nuestra búsqueda fue infructuosa así que decidimos aventuarnos a caminar por las calles y con suerte toparnos con un restaurante que al echarle un vistazo nos llamara la atención. En comparación con la primera vez que pasamos por este barrio se notaba el gentío caminando por las calles o simplemente sentados en las plazas platicando, los niños jugando con sus carritos o pelotas de fútbol. Caminamos por Calle Verdi, una de las calles principales que cruzan este barrio pero nada nos llamó la atención. Con el hambre que tenía y la desesperación de encontrar un buen restaurante hice una parada en un establecimiento de productos cataluños a ver si nos podían ayudar. La chica que nos había atendido en otra ocasión nos dió tres recomendaciones y también nos explicó cómo llegar a cada uno de los restaurantes. Luego de caminar, llegar hasta el primero y ver el menú continuamos hasta nuestra segunda opción. Después de contemplar el menú y el lugar decidimos comer en la Taverna el Glop.
Ordenamos: "arros amb bolets i gasta de parmesa" (arroz con champiñones y queso parmersano) y calçots, receta catalana que comprende de cebolletas que se asan directamente sobre llamas de sarmientos. Las cebolletas se comen con las manos y se mojan en un salsa naranja llamada salvitxada.
¡La comida estuvo deliciosa! Salimos con tremenda hartera de vuelta al alojamiento para empacar y prepararnos para dejar esta encantadora ciudad.

Gerona: la Florencia española

En pocos días nos hicimos expertas en trasladarnos en tren fuera de Barcelona. Nuestro próximo destino: Gerona. Esta ciudad está ubicada al noroeste de España, limitado con la frontera francesa. Compramos nuestro boleto de tren para llegar hasta la Florencia española pero antes hicimos una pequeña parada en La Boquería para comprarme un zumo natural. Con mi zumo de mango, coco nos encaminamos en nuestra aventura del día.
Esta vez el tren era más moderno, rápido y cómodo. Estuve el viaje completo apreciando el paisaje que lucía muy diferente a Barcelona, quizás porque está tan próximo a la frontera con Francia. Al arribar a la estación de tren nos dejamos llevar por los rótulos para llegar hasta el centro de la ciudad. Parece que los letreros no están muy bien distribuídos porque tuvimos que terminar pregunto hacia donde nos teníamos que dirigir y jamás nos hubiera pasado por la mente tomar la ruta tan simple que nos recomendó la empleada de un estanco cercano. Con lo primero que nos topamos al llegar al centro de la ciudad fue uno de los puentes que cruzan el Río Onyar. Buscamos el centro del información más cercano para tener en cuenta las atracciones principales y así comenzar nuestro pasadía por esta peculiar localidad.
Cruzamos varios de los puentes peatonales que dan acceso al otro lado de la ciudad y donde principalmente están ubicados los más importantes puntos de interés. Nuestra primer lugar a visitar en la lista lo fue la Catedral consagrada a Santa María. Ubicada en el punto más alto de la ciudad, esta edificación cuenta con la nave gótica más ancha del mundo.
Paseamos "El Call", antiguo barrio judío y el barrio de Sant Pere el monasterio de Sant Pere de Galligants donde se encuentran los Baños Arabes, área de muchos árboles y donde terminamos ingeriendo nuestro almuerzo. Luego visitamos la Iglesia de Sant Feliu que alberga la capilla dedicada al santo patrón de Gerona, Sant Narcís, mejor conocido como el "santo de las moscas". Me fascinó ver tanta vegetación en medio de la ciudad. Parques por todos lados con bancos y áreas para los niños para jugar.
Mi parte favorita del pasadía fue localizar la muralla de piedra con varias torres de acceso que exponen una vista espectacular de la ciudad. A un extremo se divisan todos los edificios de la ciudad y al otro lado se ve un campo verde con montañas y casas dispersadas.
De regreso a Barcelona nuevamente hicimos una parada en La Boquería porque la realidad es que terminé magnetizada a los zumos naturales y los pintxos de diferentes embutidos de Cataluña.
Para cerrar con broche de oro nuestra última noche en Barcelona y celebrar lo exitoso y divertido que fue el viaje decidimos ir a cenar a Barrio de Gràcia.