8 de junio de 2012

La Granja de Esporles


Cuando una de mis amigas vió un especial de boletos para La Granja de Esporles no lo pensamos dos veces en comprarlo. Ese viernes tomamos el autobús desde la Estación Intermodal y llegamos a Esporles un pueblo pequeño en la Sierra Tramuntana cerca de Valdemossa.

El bus únicamente llega hasta el centro del pueblo así que tuvimos que caminar unos 20 minutos para llegar hasta la Granja. Por lo menos el paisaje entre las montañas y la vegetación nos entretuvieron.
Entrada principal
Al llegar a la entrada entregamos nuestro cupón y nos tomaron una foto. El recorrido comienzo en los establos y corrales con caballos y cabras. Luego hay otros animales como conejos, gallinas, gallos, pavos reales y demás.

El recorrido de poco más de una hora te lleva por los alrededores de la finca, con jardines, cascadas y una edificación que refleja las costumbres mallorquinas a través de los tiempos.
Vista desde la Granja 
Cascada natural de 30 pies de altura.
Caminando por las diferentes habitaciones se puede percibir un teatro, una capilla, un consultorio y un área de torturas y de juegos para los niños. Esta creo que fue la parte más impresionante ver todos los artefactos y explicaciones de cómo se torturaba a las personas.
Teatro

Consultorio medico
Cinturon de castidad y area de torturas
Cuarto de juego para los niños.   

También se pasa por la cocina, el área donde se confeccionaba el aceite de oliva, donde se procesaban las hierbas naturales y hasta donde se tejia, se hacían zapatos y joyería.
Comedor
Parte de la cocina.

Finalmente se llega a un gran patio donde se catan vinos. Estabamos emocionadas por catar los vinos pero nos dimos cuenta que nosotras mismas teníamos que servirnos y que sólo eran dos tipos de vino. ¡Que decepción! Los vinos sabían horribles.
Probando los vinos.


Nos encontramos con demostraciones de barro, hojalatería y cómo confeccionar cestas. No muy impresionadas continuamos hacia el área de degustación. Según lo habían pintado habría variedad de productos mallorquines para probar.


Sólo habían buñuelos con diferentes mermeladas, dos tipos de queso, un poco de sobrasada y pan de higos. No quedé impresionada con esta granja y no recomendaría que las personas la visiten porque todo el recorrido lo tienes que hacer solo y las atracciones no impresionan en lo mínimo.
Uno de los amplios balcones

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