8 de octubre de 2011

¡Al mal tiempo buena cara!

Como dice el refrán "Al mal tiempo buena cara". En realidad estando en una isla tan bella y con tanto que ofrecer hice el esfuerzo a pesar de no sentirme cien por ciento bien de salud de encontrarme con un grupo de "auxiliares de conversación" nuestro título oficial de trabajo para recorrer una de las varias rutas de "TaPalma". "TaPalma" es una fiesta gastronómica en la que se han trazado 5 rutas todas incluyendo restaurantes y barras locales que ofrecen diferentes tipos de tapas y bebidas por 2 euros cada uno. Una oportunidad sensacional para conocer gente nueva, aprender un poco más de la gastronomía local y de los restaurantes más concurridos.
Punto de encuentro la Plaza del Rey Juan Carlos. Después de las presentaciones y esperar un poco a ver si llegaba más gente comenzamos nuestra noche de tapas. Desde brocheta de pollo con costra de maiz, croqueta agridulce de sobrasada, torta de salmón, mini quiché cremoso de espinacas y bacon y si sigo no acabo.
Entre comida, bebidas y buenas conversaciones la noche fue muy amena. El único factor que causó la culminación de nuestra velada fue la lluvia. Primera noche en Palma que llovía y bajaba la temperatura. Sin sombrilla casi todos se vieron obligados a regresar a sus hogares.
Siendo aún temprano y considerando las horas de fiesta europeas que comienzan a las 11:00 de la noche nos encaminamos un grupo de tres chicas hacia el bar En Pinzell. Esto a petición de una de las muchachas que quería encontrarse con una de sus "roommates" españolas. De un ambiente americano entre conversaciones y bebidas pasamos a un mundo totalmente diferente de música, baile y muchas risas. Definitivamente nosotros los hispanos le ponemos ese sazón que nos separa de otras culturas. Compartiendo entre españoles conocimos a un grupo de chicas y chicos de visita en la isla y que practican una disciplina acrobática llamada "Castells". Los castells son torres humanas. El grupo está una semana en Mallorca para visitar diferentes pueblos y llevar acabo sus famosas torres que me parecen un tanto peligrosas pero obviamente con la experiencia me imagino que ya no le temen ni a las alturas ni a caerse. Entre risas y gritos probamos el famoso "pa amb oli" y la famosa bebida típica "pomada", gin con limonada.
De camino a la casa fue otra pequeña aventura tratando de caminar en tacones en calles resbaladizas y mojándonos bajo la lluvia fría.

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