27 de octubre de 2011

Domingos de ocio

Los domingos en España son sagrados, es día de ocio total. Me tomó de sorpresa el primer fin de semana que pasé en Mallorca y traté de comprar comida en el supermercado y lo encontré cerrado. Las calles mayormente desérticas, uno que otro bar o restaurante abierto con un menú limitado. Después de un mes de estar viviendo en Palma me he tenido que acostumbrar a que los domingos uno se mantiene en su casa con la familia y amistades o sale a otra ciudad. Este domingo pasado luego de haberme levantado temprano y no tener mucho en mente, pensé en finalmente asistir a la Iglesia. Llevaba ya varios días pensando que me hacia falta ir a la casa del Señor para agradecerle por la gran oportunidad de mudarme a Mallorca y poder disfrutar experiencias diferentes diariamente. Luego de ducharme y vestirme apropiadamente comencé a caminar en dirección hacia la Catedral de Palma. Unicamente había visto esta edificación en fotos y tenía una idea de dónde estaba localizada pero no estaba totalmente segura.
Caminando con una seguridad como si llevara viviendo años en Palma tomé la ruta turística y en menos de lo que pensé ya percibía la gigantesca catedral. Caminé hasta conseguir la entrada y justamente hacia poco tiempo había comenzado una misa.
El ambiente un poco diferente por ser área turística. Una parte específica de la catedral es para que los turistas puedan ver la maravillosa arquitectura de este lugar. Ya sentada se hacia un poco difícil concentrarme por el sonido de las cámaras y las luces. Me sentí con un taco en la garganta, muy sentimental por haber conseguido nuevamente conección con Dios.
Participé del resto de la misa y luego caminé por las calles cercanas, llenas de turistas y estatuas y monumentos.
Disfruté el estar sola y poder percibir tanta belleza a mi alrededor en relajación total. De ahora en adelante mis domingos serán como los de cualquier otro mallorquín, lleno de mucho ocio.

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