13 de octubre de 2011

Segunda semana de trabajo

Martes, comienzo oficial de mi segunda semana de trabajo. Dejando las presentaciones atrás esta semana comencé de lleno asistir a las profesoras en sus lecciones. Los niños siempre muy emocionados de verme me saludan en inglés aunque sean las únicas palabras que sepan intercambiar. Ya tienen más confianza y me llaman para hacerme preguntas. Me hacen la pregunta en castellano y los presiono un poquito a que traten de hablarme en inglés pero siempre termino obviamente entendiéndolos a menos que me hablen en catalán.
En los pasillos de la escuela durante el cambio de clases me siento como una celebridad, escucho mi nombre seguido de saludos. Me encanta poder de alguna manera u otra tener algún tipo de influencia en sus vidas que apenas comienzan. A las niñas les fascinan mis piezas de ropa y especialmente los accesorios que llevo puesto y hasta el color de uñas. Y como en toda escuela y clases existen los estudiantes respetuosos, obedientes y cariñosos y también los malcriados y haraganes.
Al finalizar mi día de trabajo camino por el puente peatonal y me topo con uno que otro estudiante. Esta vez me topé con dos chicas que ni tenía idea que estuvieran en una de mis clases pero después de mirarlas bien las reconocí. Les pregunté qué harían para el día festivo pero me dijeron que no tenían grandes planes, sólo quedarse en su casa. Me despedí y me encaminé hasta la parada del tren. Con mis gafas oscuras, los audífonos puestos y entre cabeceo y cabeceo me quedé dormida a mitad de camino. En la noche nos reunimos algunas chicas para dar una vuelta por la "Ruta Martiana". Esta es otra ruta de tapas que se hace semanalmente únicamente los martes y como mañana miércoles es feriado fue cantidad de gente. Probé varias tapas muy ricas pero decidí regresar temprano porque mañana tengo planes de playa a un pueblo un tanto retirado de la capital y hay que tomar el "bus" temprano.

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